Pero también es una buena forma de lograr una capacidad de ahorro que nos permita acceder a la adquisición de bienes o servicios que de otro modo no podríamos solventar.
Lo cierto es que hay mucho que podemos aprender y hacer para que así sea, como lo demuestran los consejos que les dejo a continuación.
• Establecer un presupuesto mensual
La mejor forma de comenzar a administrar –y disminuir- nuestros gastos es poder visualizarlos, por lo tanto lo primero que debemos hacer es anotar todos nuestros ingresos y egresos de dinero. Es importante que al registrar los consumos no dejemos ninguno afuera, por más insignificantes que parezcan, de forma que podamos ser conscientes de esos “gastos hormiga” que se generan casi sin darnos cuenta. De esta manera podremos ver en qué utilizamos nuestra plata, y consecuentemente tomar decisiones más adecuadas al respecto en el futuro.
• Organizar las deudas
El detalle de los compromisos de pago con sus fechas de vencimientos, plazos de pago y el monto de cada uno, hace que podamos ver en detalle qué posibilidades tenemos de asumir nuevas deudas, evitando la acumulación de vencimientos en el tiempo por sobre nuestras posibilidades efectivas de pagos. Además hace posible la planificación del orden de cancelación de las mismas.
• Planificar las épocas de mayor gasto
Vacaciones, Navidad, vuelta al cole o renovación de contratos por ejemplo, siempre parecen llegar en el peor momento, aunque en realidad ya sabíamos que estaban ahí. Lo mejor es anticiparse a esos gastos extraordinarios, y en esto la organización es nuestra mayor aliada.
• Ahorrar en los servicios
Éstos suelen representar la mayor parte de nuestros egresos, por lo que hacer un uso razonable y eficiente puede marcar la diferencia. Por ejemplo, cambiar las lámparas comunes por unas led es una inversión que se verá reflejada en nuestra factura de luz a fin de mes, al igual que no dejar luces encendidas innecesariamente. También es posible achicar gastos en servicios como los de cable o telefonía celular si se está al tanto de las diferentes promociones que ofrecen las compañías para poder captar nuevos clientes, de forma que podemos optar por la que más se adecúe a nuestras necesidades y bolsillo.
• No comprar todo en un mismo lugar
Generalmente tendemos a concentrar las compras en un mismo espacio, como los supermercados o minimercados. El problema es que al hacer esto no tenemos en cuenta que generalmente los mismos suelen captar a sus clientes a través de ofertas tentadoras en algunos rubros, pero recuperan la ganancia en otros. Por lo tanto es importante recorrer y comparar precios. Otro consejo es comprar aquellos productos que utilizamos constantemente (como jabón, papel higiénico, etc.) en comercios mayoristas, y de esta manera obtenerlos a un costo mucho menor.
• Ponerse objetivos
Es un mecanismo de motivación muy efectivo a la hora de ahorrar, ya que nos permite observar con claridad en qué se convierte nuestro dinero ahorrado. Debemos ser conscientes a la hora de plantear dichas metas, estableciendo una a la vez y teniendo en cuenta que se adapte a nuestra realidad económica actual. Es bueno también que además planteemos un tiempo estimado en el cual deberían cumplirse, para que no queden indefinidas en el tiempo y terminen por no realizarse.
En conclusión, son muchas las herramientas y consejos que podemos poner en práctica en pos de mejorar la eficiencia de nuestra economía del hogar. No importa cuánto dinero ganes, siempre se puede administrar un poco mejor nuestros ingresos para lograr un incremento en el equilibrio de la balanza monetaria doméstica, obteniendo una mayor tranquilidad financiera.