Shakespeare: El genio inglés

Poeta, dramaturgo y actor. Tres palabras que intentan resumir el oficio de este enigmático inglés bautizado en la iglesia de la Santísima Trinidad Stratford-upon-Avon el 26 de abril de 1564. Fue el tercero de los ocho hijos de John y Mary Arden, una familia acomodada, que se vino a menos por los malos negocios del padre. Se cree que estudió en la escuela pública de su ciudad, donde enseñaban profesores muy exigentes, en el que aprender latín y los clásicos era parte primordial del plan de estudio. Se casó el 28 de noviembre de 1582, a los 18 años, con Anne Hathaway, originaria de un pueblo vecino, de 26 años y embarazada de tres meses. Susanne nació al año siguiente y en 1582, los gemelos Hamnet y Judith. El único hijo varón murió a los 11 años. Todos estos acontecimientos están documentados. Pero en este punto se corta la historia de Shakespeare y reaparecen datos de él siete años más tardes en Londres, ya trabajando como escritor y actor de la compañía de teatro “Los hombres de Lord Chamberlain”. ¿Cómo llegó hasta ahí? Existen muchas conjeturas, pero ninguna en concreto. Realmente es un dato irrelevante ante el torbellino de su…

Poeta, dramaturgo y actor. Tres palabras que intentan resumir el oficio de este enigmático inglés bautizado en la iglesia de la Santísima Trinidad Stratford-upon-Avon el 26 de abril de 1564. Fue el tercero de los ocho hijos de John y Mary Arden, una familia acomodada, que se vino a menos por los malos negocios del padre.

Se cree que estudió en la escuela pública de su ciudad, donde enseñaban profesores muy exigentes, en el que aprender latín y los clásicos era parte primordial del plan de estudio.

Se casó el 28 de noviembre de 1582, a los 18 años, con Anne Hathaway, originaria de un pueblo vecino, de 26 años y embarazada de tres meses. Susanne nació al año siguiente y en 1582, los gemelos Hamnet y Judith. El único hijo varón murió a los 11 años. Todos estos acontecimientos están documentados. Pero en este punto se corta la historia de Shakespeare y reaparecen datos de él siete años más tardes en Londres, ya trabajando como escritor y actor de la compañía de teatro “Los hombres de Lord Chamberlain”.

¿Cómo llegó hasta ahí? Existen muchas conjeturas, pero ninguna en concreto. Realmente es un dato irrelevante ante el torbellino de su producción literaria desde 1592. Antes de que concluyera el siglo XVI, había publicado 15 de las 37 obras teatrales que escribió. Por esa época terminaba su reinado Isabel I y el teatro no era visto como una expresión artística noble, más bien rayaba en lo vulgar y enteramente popular.

Pero hubo mecenas, patrocinadores de compañías teatrales, que ayudaban a grupos de actores y dramaturgos a montar sus obras. Shakespeare logró relacionarse con varios de estos mecenas, como el Conde de Southampton, y vivir de su oficio con dignidad, llegando a ser productor y copropietario de su propia compañía. Construyó a las afueras de Londres, sobre el río Támesis, el teatro El Globo, que se incendió en1611.

Jacobo I se convirtió en el rey de Inglaterra y las condiciones para el teatro mejoraron en todo sentido. La compañía de Shakespeare pasó a llamarse “Los hombres del rey” y empezó a reconocerse el estilo novedoso del dramaturgo. Las primeras obras se centraron el tema político y moral, como Ricardo II y Enrique VI. Luego, las comedias de enredos y de amor tomaron la escena: “Mucho ruido y pocas nueces”, “La comedia de las equivocaciones”, “La fierecilla domada” y los “Caballeros de Verona”, entre otros títulos.

Shakespeare fue tan prolífico, un genio que escribía a media luz con tinta y pluma, que sorprende que haya “inventado” palabras que no existían en el lenguaje coloquial y que les haya dado una entidad gramatical de tanto peso que se incorporaron al idioma inglés con facilidad.

Las grandes tragedias de Hamlet, el Rey Lear, Otelo y Macbeth profundizan las pasiones humanas, tan intemporales como universales. Sus personajes presentan a seres humanos reales en una amplia gama de emociones y conflictos que trascienden su origen en la Inglaterra isabelina.

En su época tuvo dinero y fama, pero con los años fue adquiriendo relevancia hasta ocupar el podio de los grandes maestros de la literatura en el mundo, y ser llamado el bardo (poeta heroico o lírico) de Inglaterra.

Murió a los 52 años en la misma ciudad donde nació. Sería joven en esta época, pero en 1616 ya era un hombre mayor, tal vez enfermó de cáncer, según establecen sus estudiosos y rodeado de sus hijas ya casadas. De su mujer sólo se sabe que le dejó una mínima herencia en su testamento, por lo que se presume que el apuro para casarse no lo obligó a amarla como a cualquiera de sus protagonistas.

Traición, venganza, incesto, fracaso y odio, unidos con la pasión, el amor, la esperanza y la alegría. Shakespeare no dejó un sentimiento humano sin tocar en sus obras. Sin duda, un genio irrepetible.

  • Introdujo más de 3.000 palabras al idioma inglés.
  • Escribió 37 obras de teatro (históricas, trágicas y comedias).
  • Publicó un conjunto de 154 poemas con el título «Los sonetos de Shakespeare», siguiendo la forma estrófica del soneto inglés, en los que se tratan temas como el amor, la belleza, la política y la mortalidad.

Ser o no ser

A finales del siglo XVIII surgió la duda sobre si real­mente un hombre de educa­ción modesta como lo fue William Shakespeare podía haber escrito tantas obras de teatro y poesía, dignas de un intelectual con sólida forma­ción literaria, con una prosa y unos versos elocuentes y unas tramas y personajes complejos.

Los nombres de Christopher Marlowe, Edward de Vere y Francis Bacon -escritores contempo­ráneos de origen más noble­ comenzaron a tomar fuerza como los verdaderos autores de los clásicos de Shakespeare.

Los contradictores sem­braron la duda. Sin embar­go, la gran mayoría de los estudiosos de Shakespeare con­firman que el inglés escribió todas sus obras basándose en las criticas encontradas sobre la puesta en escena de sus obras teatrales. Y dicen que hay que tener en cuenta que la escuela en la que estudió Shakespeare en Stratford te­nía un plan de estudios de la­tín y de clásicos muy avan­zado para la época.


Frases más famosas

El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos.» (Romeo y Julieta)

«Morir, dormir… ¿dormir? Tal vez soñar.» (Hamlet)

«Antes que nada ser verídico para contigo mismo. Y así, tan cierto como que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie.» (Hamlet)

«To be, or not to be, that is the question» (Ser o no ser, esa es la cuestión). (Hamlet)

«Mira que a veces el demonio nos engaña con la verdad, y nos trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes.» (Macbeth)

«Al nacer, lloramos porque entramos en este vasto manicomio.» (El Rey Lear)

El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen.» (El mercader de Venecia)

iPerder el sueño, que desteje la intrincada trama del dolor; el sueño, descanso de toda fatiga; alimento el más dulce que se sirve a la mesa de la vida.» (Macbeth)

«Asume una virtud si no la tienes.» (Hamlet)

«El que va demasiado aprisa llega tan tarde como el que va muy despacio.» (Romeo y Julieta)

Roxana Castillo

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