Es una ciudad turística ubicada sobre la margen noroeste del lago Nahuel Huapi, que fue fundada oficialmente el 15 de mayo de 1932. Debe su nombre a la angostura, o istmo, que une la ciudad con la península de Quetrihué donde se encuentra el Parque Nacional Los Arrayanes.
Es conocida por el encanto de sus edificaciones de piedra y madera de estilo alpino, su calle principal con coquetos negocios adornada con sorbus -árbol originario de Rusia que en ciertos momentos del año se llena de racimos de muy vistosas bayas rojas-, y la profusión de flores por doquier, especialmente rosas.
Entre sus comercios se encuentran las tradicionales casas de venta de exquisitos chocolates, y cuenta con una amplia oferta gastronómica que, a la hora de sentarse a descansar y comer algo rico, puede satisfacer cualquier paladar con muy bien preparadas truchas, sabroso cordero patagónico al asador o al disco, ciervo, jabalí o un amplio menú a la carta. Todo, muy bien acompañado por excelentes bebidas, como la cerveza artesanal elaborada en el lugar.
Su capacidad de alojamiento es amplia, pudiendo optar por hoteles, hosterías, cabañas y aparts hotel en modernos complejos, muchos de ellos con vistas inmejorables al lago, las montañas o simplemente a la llamativa y colorida vegetación patagónica.
Algunos de los lugares a visitar, entre tantos que ofrece la zona son:
Fuera de la ciudad, las pistas de esquí del cerro Bayo durante el invierno, pero que también en verano permite disfrutar desde su cima -a la cual se accede por aerosilla- una maravillosa vista panorámica.
Otro lugar, muy bonito, a 7 km de la ciudad en dirección a Bariloche, es Puerto Manzano o Bahía Manzano, con espectaculares opciones de alojamiento o, simplemente la opción de pasar un lindo y sereno día a orillas del lago con increíble vista.
El costeo del río Bonito es una recomendada actividad que permite ir bordeando a pie este precioso cauce de cristalinas aguas hasta su desembocadura en el Nahuel Huapi, no sin antes pararse a observar su atractiva cascada.
A pocos minutos del centro, se puede visitar el río Correntoso, un río muy corto, de entre 200 y 300 metros de longitud, que une a los lagos Correntoso y Nahuel Huapi. En la confluencia con este último y a sus orillas, se encuentra el tradicional y distinguido Hotel Correntoso, con majestuosas vistas y muy destacable servicio a sus huéspedes.
Al Parque Nacional Los Arrayanes se llega en una travesía de 12 kilómetros a pie o en bicicleta, inmersos en mágicos bosques de especies autóctonas, o exóticas que han sido incorporadas hace mucho tiempo y que se han adaptado muy bien al lugar, entre ellas el Arrayán que, siendo un arbusto, sólo en ese lugar se ha desarrollado como árbol y formado bosque. Otro modo de acceder al lugar es mediante alguna embarcación de las que salen del puerto en Bahía Mansa o del otro lado del istmo en Bahía Brava.
El Camino de los 7 Lagos va serpenteando en sentido norte, hacia la ciudad de San Martín de los Andes. Desde sus distintos puntos panorámicos se pueden tomar hermosas imágenes de los distintos lagos, entre ellos el magnífico lago Espejo, que debe su nombre al reflejo del paisaje en sus tranquilas aguas. Cada uno de los lagos tiene, sin duda, su particular atractivo.
Pueden realizarse travesías en barco por el lago, con la compañía inesperada de las simpáticas gaviotas que esperan obtener algún bocado de parte de alguna mano humana, o ir puntualmente a visitar la famosa Isla Victoria.
En fin, este paraíso, como lo hemos titulado, tiene innumerables bellezas y atractivos que lo hacen digno de ser conocido e inolvidable una vez hecho. Azules lagos, cristalinos ríos, rumorosas cascadas, imponentes montañas, fantásticos bosques, coloridas flores, prolijas y limpias calles, y un detalle no menor: la calidez del trato de los lugareños.
Para tener en cuenta en las próximas vacaciones, o escapada, en pareja, con amigos o en familia.