El desafío es encontrar y poner en práctica algunas estrategias que nos permitan continuar con nuestra alimentación saludable, y a su vez disfrutar sin culpa de una reunión con familia y amigos. Algunos tips que podemos implementar son:
- Planificar con anticipación nuestro menú: eso nos permite programar tanto cantidades como tipo de alimentos. Es importante seleccionar carnes magras, incluir variedad de ensaladas, reemplazar salsas con base de crema por quesos untables saborizados con hierbas, moderar el agregado de sal, incorporar frutas en los postres.
- No saltear las comidas previas a la reunión: es sabido que “las deudas de hambre se pagan con comida”. La idea no es llegar con hambre al momento de comer ni compensar con ayunos, probablemente si lo hacemos de esa manera luego vamos a comer de más.
- No prohibirse: ningún extremo es bueno. Pero la prohibición genera más ganas de comer determinado alimento. Lo ideal es servirse porciones adecuadas, y no picotear sin control. Comer a conciencia y despacio pero también disfrutar el momento de la reunión, no centrar toda nuestra atención en la comida.
- Mantener una buena hidratación: controlar la ingesta de bebidas alcohólicas y azucaradas. Llegar bien hidratado al momento de la comida. La bebida ideal siempre es agua.
- Realizar actividad física: con el ritmo habitual, no a modo compensatorio por lo que comimos o lo que vamos a comer.
Se sabe que ningún alimento por sí solo hace que aumentemos o bajemos de peso. Lo que hace que nuestro peso cambie es el exceso sostenido en el tiempo y los períodos de hambre y atracón.
Recordar que es una época del año de reflexión y determinación de nuevas metas y objetivos. La alimentación y estilo de vida saludable siempre deben estar presentes, pero sin olvidar también que somos seres sociales y debemos disfrutar sin experimentar sentimientos de culpa ni malestar.