En esta serie de notas que venimos publicando, relacionadas con la Medicina Ayurveda, hemos explicado el proceso de gestación de la enfermedad en el cuerpo y la mente, las señales que el cuerpo nos da, el camino para recuperar la salud, los buenos hábitos que debemos cultivar para gozar de bienestar y algunas cuestiones relacionadas con las dietas y sus mitos.
También explicamos cuáles son los pilares de esta medicina milenaria, de los cuales, la alimentación es uno de los principales.
Si bien se explicó que cada persona es diferente y, por tanto, su alimentación, su actividad física y sus rutinas diarias deben ser diseñadas especialmente para ella basándose en su constitución, su estado de equilibrio al momento de la consulta, y hasta la estación del año, hay, sin embargo, una serie de aspectos genéricos que debemos tener en cuenta.
Como podrá verse, la mayoría de las recomendaciones que daremos son de sentido común, y en nada se oponen a la medicina tradicional. Y esto es porque la Medicina Ayurveda no es otra cosa que volver a nuestra propia naturaleza, a lo que nos demanda nuestro cuerpo y nuestra mente. Sus prescripciones son tan naturales que, en definitiva, se tiende a subestimarlas. Muy a menudo, en el consultorio da la impresión que los pacientes esperan que se les recete cosas extravagantes o remedios extraños.
Sin duda que, con nuestro estilo de vida, no todas estas recomendaciones son sencillas de cumplir al pie de la letra. Simplemente, debe procurarse cumplirlas lo más estrictamente posible.
Directrices alimentarias del Ayurveda
Para una buena salud no basta con cuidar QUÉ comer –qué comidas sí y cuáles no-. También importa CÓMO comer, CUÁNTO comer y CUÁNDO comer. En función de estos aspectos, intentaremos ordenar las principales sugerencias.
Respecto de QUÉ alimentos comer, digamos que, en principio, para el Ayurveda la comida es alimento, medicamento o veneno. Una comida puede ser nutritiva; es decir, preparada prestando atención a los nutrientes que deseamos incorporar a nuestro cuerpo (alimento), o ser pensada de modo que nos devuelva el equilibrio perdido (medicamento).
En el otro extremo, y es el caso de la “comida chatarra”, puede tratarse de una comida que nos enferme (veneno).
Los alimentos deben elegirse según la propia constitución. Y más allá del biotipo asignado por el Ayurveda, tengamos en cuenta además que cada persona tiene su propia constitución ósea y muscular, su fisiología, diferente actividad laboral y física. Eso hace que la alimentación deba diferenciarse para cada uno. Adicionalmente, el Ayurveda reconoce, como dijimos, diferentes biotipos. Tener claro esto es clave para mantener el equilibrio y la buena salud.
Otras consideraciones al momento de elegir los alimentos son el estado de salud y la edad. Independientemente de su biotipo, una persona diabética debe tener ciertos cuidados. La misma precaución tenemos en general cuando se planifica la dieta de un adulto, de un niño o un anciano.
Asimismo, la estación del año influye en qué comer. El cuerpo necesita más energía en invierno y alimentos refrescantes en verano.
Vinculado a lo anterior, observemos que la Naturaleza misma nos ofrece distintas cosas en cada momento. Así, hay frutas y verduras que, siendo de verano, por ejemplo, si se comercializan en invierno es porque han sido sometidas a procesos artificiales de conservación o de producción. La Naturaleza es sabia, y nos brinda lo que necesitamos en la oportunidad adecuada.
Otro aspecto importante es la combinación de alimentos; esto es, aquello con lo que acompañamos las comidas. Es habitual la carne con ensalada o con puré; las milanesas con papas fritas, y una serie de combinaciones típicas. El problema radica en que algunas combinaciones, aunque parezcan normales, o aún se trate de dos alimentos “sanos”, afectan de alguna manera a la digestión y así generan toxinas en el organismo.
Debe procurarse ingerir alimentos frescos, de buena calidad, evitando la comida congelada, recalentada, vieja, así como las sobras. En nota posterior explicaremos la manera en que la comida vieja afecta la salud.
Es aconsejable no tomar bebidas heladas durante la comida. Afectan la digestión y, por ende, se generan toxinas.
Tampoco debe ingerirse bebidas azucaradas ni jugos artificiales. Siempre debe preferirse los jugos frescos de fruta o simplemente agua.
Continuaremos con esta serie de recomendaciones en la siguiente nota. En particular, abordaremos el tema de CUÁNTO, CUÁNDO y CÓMO comer.
Para concluir diremos que lo más importante es escuchar nuestro cuerpo y buscar la armonía con la Naturaleza. De ello se desprende toda regla relativa a nuestra alimentación.