La vida después de un ACV

El Accidente Cerebro Vascular, popularmente conocido por sus siglas ACV, sucede cuando se detiene el flujo de sangre a cualquier parte del cerebro.

El ACV es la segunda causa de muerte en la Argentina y la primera causa de discapacidad. Cada año alrededor de 15 millones de personas en el mundo sufren de esta enfermedad y 6 millones de personas no sobreviven, estableciéndose como la patología neurológica más común.

Las causas que originan esta enfermedad son diversas. Aunque la clasificación más común considera solo dos. Por un lado, el ACV isquémico -derivado del latín ischaemia “que detiene la sangre”- se produce cuando se obstruye una arteria. Por el otro, el ACV hemorrágico -derivado del latín haemorragia “flujo excesivo de sangre”- sucede por la ruptura de una arteria. Luego de un ACV aparecen signos y síntomas que dependen, en gran medida, de la rapidez en que se detecta el accidente y varían ampliamente según cada persona.

Un ACV requiere de rehabilitación kinesiológica especializada, que tiene como objetivo que el paciente recupere funcionalidad e independencia. El programa kinesiológico de rehabilitación neurológica busca cubrir las necesidades de cada paciente en particular, dependiendo de sus dificultades o patología específica. El tratamiento kinesiológico exitoso impacta positivamente en calidad de vida, en aspectos físicos, emocionales y sociales no solo del paciente, sino también de su familia. La participación activa del paciente y de sus personas cercanas es esencial para alcanzar los objetivos propuestos por el kinesiólogo a cargo.

Las últimas investigaciones han demostrado que participar en un programa de Rehabilitación de Kinesiología Neurológica luego de un ACV genera mejores resultados que aquellas personas que no realizan rehabilitación. La mejoría más notable sucede durante las semanas o meses próximos del ACV. Sin embargo, hay evidencia de mejorías luego de incluso 12 o 18 meses.

No es fácil predecir qué cantidad de habilidades se recuperará ni cuánto tiempo llevará. Es importante destacar que las posibilidades de recuperación dependerán de distintos factores, como la extensión de la lesión, el tipo de ACV, la edad del paciente, etc. Por lo general, una Rehabilitación Kinesiológica exitosa de un ACV dependerá de lo siguiente:

  • Factores terapéuticos: La elección de un Licenciado en Kinesiología especializado en Rehabilitación Neurológica es fundamental. Así como el comienzo temprano de la rehabilitación.
  • Factores emocionales: La motivación y el buen estado de ánimo deben estar presentes en todo momento de proceso.
  • Factores sociales: El apoyo de amigos y familiares es fundamental. Su rol deberá ser de acompañantes y deberán evitar el exceso de colaboración, que termina actuando como limitante.

Como conclusión, voy a ofrecer tres consejos para el paciente que sufrió un ACV y su familia:

  • Recurran a un Licenciado en Kinesiología especializado en Rehabilitación Neurológica con experiencia comprobable en éste ámbito.
  • Repitan, repitan y repitan. La repetición y la perseverancia son las claves de éste proceso.
  • Tengan paciencia. El trabajo en la relación Paciente – Familia – Kinesiólogo conlleva tiempo, pero tiene excelentes resultados.

Recuperarse de un ACV puede llegar a ser una experiencia larga y desafiante. Las dificultades y miedos a lo largo del camino son normales. La dedicación y la voluntad para mejorar, junto con médicos y kinesiólogos especializados, son esenciales para sobrellevar la situación y obtener el mayor beneficio.

Si sufriste un ACV o alguien cercano a vos lo sufrió, no dudes en iniciar la Rehabilitación Kinesiológica lo antes posible. Tus capacidades se incrementarán notablemente y tu calidad de vida será del nivel que vos mereces.

María Joaquina Fahler