En la actualidad, los niños desde edades tempranas son cada vez más sedentarios, invadidos por la tecnología. La actividad física es un componente fundamental en el desarrollo psicomotriz del niño.
Cuando un niño aprende a bailar desarrolla sus capacidades intelectuales y sociales, cultiva su creatividad y fortalece su autoestima. La danza aporta beneficios que duran toda la vida. Los niños que desde temprana edad practican danza o alguna clase de baile crecen con más sentido del equilibrio, ritmo, memoria, conciencia y valor de su cuerpo.
La danza es una forma de comunicación artística y de expresión de emociones, sentimientos, pensamientos, imágenes y estados de ánimo del ser humano. También es un medio para entretenerse, divertirse y disfrutar con movimientos rítmicos del cuerpo.
Por estas razones es una actividad sumamente beneficiosa en la formación del niño al satisfacer su necesidad de expresión y creación, a través del conocimiento de su propio cuerpo, ayudándolo a descubrir las múltiples capacidades de movimiento que éste posee, de acuerdo a su estado evolutivo y a su nivel de rendimiento, canalizando de esta manera su potencial creativo y energético.
Los chicos aprenden a través del juego algunas técnicas experimentando ellos mismos como trabaja cada músculo. En líneas generales, en una primera etapa la danza infantil se compone de movimientos sencillos, organizados en un marco espacio-temporal concreto. Los elementos, pasos, enlaces, evoluciones, pueden ser ejercitados como formas aisladas o en unidades de movimiento, o como formas elaboradas en una composición coreográfica.
En la educación preescolar (iniciación a la danza), el objetivo no es formar a bailarines profesionales sino apoyar en la formación de seres humanos integrales. Por medio de la danza se puede lograr que el participante adquiera autonomía e identidad personal, que desarrolle formas de expresión creativas de su cuerpo y de su pensamiento, que adquiera conciencia de que vive en sociedad por medio del trabajo en equipo y que se acerque sensiblemente al arte y la cultura.
Los juegos y actividades de clase se basan en la construcción de situaciones en las que el niño pueda desenvolverse y aprender sobre sí mismo y de los demás, bajo ciertas circunstancias creadas, habrá juegos en los que le toque ser el líder, o el perseguidor, o el perseguido, juegos en los que sólo tenga que cerrar los ojos y estar consigo mismo, juegos en los que tenga que colaborar en equipo por conseguir un fin común, etc.
Además, la clase de danza ayuda a desarrollar otras habilidades básicas que los niños emplearán a lo largo de toda su vida como lo son la coordinación, la conciencia espacial, la memoria, concentración, expresión por diferentes formas, habilidades auditivas, entre otras.
Los docentes, desde su formación y capacitación, abordaran la clase teniendo en cuenta las necesidades y capacidades de los niños, a partir de ofrecerle al mismo un espacio lúdico para que pueda expresarse, desarrollar y potenciar sus habilidades psicomotrices.
“En el arte todos somos iguales, es por esto que se vuelve un medio tan valioso para que los niños encuentren en él un espacio de expresión, libertad y confianza”
La danza es un arte, definitivamente. Descubrir y valorar que las artes son recursos y herramientas totalmente adaptables y adecuadas para incluir a todos en los procesos de construcción del aprendizaje, para propiciar experiencias y fomentar la realización de actividad física, es una invitación que les hacemos para que se acerquen y se involucren.